Una práctica regular de Qi Gong equilibra las energías internas Ying y Yang, y pone en armonía al ser humano tanto internamente como con la naturaleza que le rodea.

Así, una práctica regular de esta disciplina ofrece múltiples beneficios que van, desde la prevención de enfermedades, mantener la salud y por tanto retrasar el envejecimiento; hasta desarrollar el poder de la energía en las artes marciales (Tai Chi Kuan y el Kung Fu); despertar y fortalecer la capacidad de curar con las manos (tanto al nivel personal como a otros); y mejorar o sanar algunas enfermedades como la hipertensión, palpitaciones, insomnio, impotencia, miopía, colitis y muchas enfermedades más.